En la meseta castellana de cultivos cerealistas la transformación a la agricultura ecológica no resulta fácil aunque se esté convencido de que se pueden obtener producciones aceptables en relación ingresos/costes. El cómo producir en ecológico es una cuestión que está resuelta y demostrada. El gran capítulo pendiente ahora es cómo vender ecológico.
Todos los productores avezados están muy satisfechos porque, aún produciendo menos, mantienen sus explotaciones con una mayor satisfacción personal y compensando menores producciones con mayores precios de venta.
Claro, a pocos les vienen a buscar a casa. Castilla y León es casi un desierto de población y depende de los grandes núcleos de capitales y todo el litoral que es donde se asienta mayoritariamente la población. Los pioneros pasaron grandes vicisitudes para conseguir consumidores, de tiempo dedicado a exploración y distancias.
Afortunadamente las cosas han cambiado porque el retraso en madurez social con Europa (Fr, UK, Al, NL, Dk) está menguando y tenemos ahora asociaciones de consumidores en prácticamente todas las provincias. Lo maravilloso es que hay posibilidades de acortar enormemente las distancias y si no con el mismo productor sí que hay un servicio casi directo en el canal comercial:
La gran distribución está ávida por aprovisionarse porque no quiere perder el enorme poder que tiene tanto sobre el productor sobre el consumidor al que aborrega con sus ofertas y disposición de lineales.
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